domingo, 10 de octubre de 2010

La señal Amarilla

http://www.fernandowilson.com/años-ha/
Cuando inicio el Camino de Santiago detecto que está señalizado con flechas amarillas pintadas toscamente sobre piedras, arboles, tablillas, vallas, muros y otros soportes. Algunas se conservan  bien, nítidas y perfiladas pero son más las que están desechas por la continua acción de la naturaleza, sin dejar por ello de mostrar su dirección.
Una vez en Santiago descubrí que este signo es hoy todo un símbolo del Camino, objeto de inspiración por parte de diseñadores e impreso en todo tipo de soportes, camisetas, pulseras, etc. que los peregrinos adquieren como recuerdos y presentes.
Allá por el año 1993, sin conocimiento de lo anteriormente expresado (que ya era) realicé una serie de pinturas sobre el laberinto, serie a su vez que procedía de otra sobre  la simbología conceptual del juego de la Oca y esta a su vez de una tercera en la que lo concreto era invadido por lo abstracto en estrecha confusión , las tres procedían de la tierra, de la materia, construidas con texturas abigarradas, compuestas de resinas subyacentes en amalgamas  con arenas, piedras polvoreadas, acrílicos y aceites que se solidificaban en esparcidos territorios de manera equilibrada desde lo caótico.
En mi caso cuando iniciaba una serie de trabajos solía llegar a un punto en el que denotaba cierto aburrimiento en ese hacer, produciendo un cuadro en el que parecía alcanzado el objetivo (sin saber cual) y a partir de entonces comenzaba un nuevo camino, un alejamiento de lo anterior, otra dirección, ya fuera en cuanto a lo evidente técnico-físico o sobre el contenido metafísico.
En la serie del juego de la Oca (1992) el hecho descrito en el párrafo anterior ocurrió en el cuadro “Del laberinto al treinta” (una de las dos pinturas de esta serie que aún conservo en mi poder)y en otro en el que pinté una abstracción amarilla que hoy he rebautizado “La Huella de la Oca”. En la serie del laberinto (1993) me ocurrió con el titulado “El árbol del laberinto (Humor Amarillo)” en este cuadro se muestra un laberinto sin fin o más bien un mundo que es todo laberíntico, por lo tanto sin entradas ni salidas, un vivir en él, pero si algo diferencia este espacio difícilmente habitable es la naturaleza que en él vegeta; la fuente de vida ,el oasis; del espejismo dibujado superficialmente en la primera obra de la serie de el laberinto paso finalmente a este concreto árbol ciprés, sempervirens del espíritu, de la tierra, del agua que lo alimenta, del frescor que produce su verde perenne , de su fruto en nuez , el árbol que cura, el que purifica sangre y aire.
En el extremo inferior izquierdo del cuadro pinté una flecha amarilla, esta fue en su día (hablamos de 1993) la razón del sobretítulo de la obra “Humor amarillo” que significa el camino a seguir, paradoja del sin sentido frente a este laberinto vital. Así me reía hasta lo indecible de la posibilidad de encontrar el camino del laberinto simplemente siguiendo una señal amarilla. Y aquí, doce años después, al principio del camino de Santiago (dentro de mi propio laberinto) comienza esta dulce y hermosa obsesión con esta flecha clara y dorada que me conducirá sin perderla.

2 comentarios:

  1. Fernando, aquí estoy, espero que este tu blog sobre La Huella de la Oca prospere.
    Como tú sabes y para que se enteren los demás (si es que lo lee alguien) que por cuestiones de incompatibilidad de fechas no pude viajar contigo como hubiera sido mi deseo (no pasa nada).
    No obstante salí hace un par de semanas para el Camino y una ha desde que he vuelto de Santiago.
    Como tú, lo he realizado desde Sarria y con un buen amigo que conocemos bien y como a ti, a mí me han pasado cosas sencillas pero muy gratificantes, historietas que relataré en mi propio blog y que...también colgaré en el tuyo tal como quedamos, espero que este cisco sea interesante, te doy la gracias por esos dibujos y diseños que compartimos, por mi parte OK.
    Hasta siempre y acción.

    P.D.
    Tu información me ha sido muy útil y mi pequeño camino ha seguido tus pasos de alguna manera, no te lo voy a jurar eh.
    Aunque yo no he tenido la misma dulce suerte a mi lado (nunca el tiempo es el mismo) y ahora prepárate para sufrir.

    ResponderEliminar
  2. Fernando te escribo desde el laberinto, tu sabes que no llegue nunca al treinta, cuando tu dulce obsesion te conducca por fin a vislumbrar el camino para llegar al treinta te ruego me lo comuniques, aunque tambien te digo que no te apresures, que te lo tomes con calma, yo aqui ya me hice amigo del minotauro y la verdad no es mala compañia.
    Tambien te digo que estando aqui te puedo guardar un sitio en una de las mil revueltas, por si el treinta no te gusta:
    En fin ya sabes esto es lo que es no es mas ni menos, aunque cronos nos empuje siempre a mas, ah y no te olvides de preguntarle a la oca que hacia donde se dirigia y sobre todo de donde venia, me tiene intrigado a mi y al minotauro.
    Una pregunta Fernando ¿llegaste a verla?
    Hasta despues, saludos

    ResponderEliminar